Hoy quiero compartirte algo que está en mi corazón y que deseo sea de bendición para tu vida también.
Vení acompañame a leer este texto juntos.....
2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.
3 Entonces vinieron a Él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.
4 Y como no podían acercarse a Él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
No sé si alguna vez te pasó, a mí sí, cuando los problemas nos invaden, o tal vez cuando todo nos va bien y nos confiamos y dejamos de orar; o quizás las situaciones adversas que nos rodean, todo eso y mucho más, nos llevan a perder la pasión y el primer amor por Cristo Jesús.
Y eso es peligroso para nuestro espíritu y para nuestra alma.
Cuando dejamos de ver con los ojos de la fe, comenzamos a recibir todo lo negativo que nos rodea, llevándonos a la angustia y muchas veces a la incredulidad.
No quiero que perdamos de vista el texto de San Marcos que acabamos de leer.
Hace un tiempo atrás, mientras leía este texto, le dije a Dios en oración y con todo mi corazón.
__Señor yo quiero ser de las personas que rompan los techos, para que otros puedan recibir tu bendición. Contá conmigo y con mi hogar.
Yo quiero tener fe, esa fe que mueve montañas, quiero poder ser de bendición a otras vidas para que puedan llegar a tus pies.
Obviamente que estoy hablando de romper techos espirituales, no voy a andar por mi vecindario o por las iglesias con un martillo, rompiendo cada techo que se me cruce, ja,ja, aunque confieso que por Jesús soy capás de todo, ja.ja.
Bueno, lo que quiero compartir hoy es que si perdimos la pasión por Dios, si dejamos de orar y de leer su Palabra, ya que la fe viene por el oír y el oír la Palabra de Dios. Y si perdimos el primer amor en Cristo Jesús, si dejamos de buscar ser llenos cada día del Espíritu Santo y lo único que vemos y hacemos es lamentarnos por nuestra situación. Entonces nuestra vida caerá en un autocompasión que nos sumergerá en una angustia en donde no tendremos fuerzas ni ganas para poder tomar el lecho de nadie y llevarlo así a los pies de Cristo.
¿Qué quiere satanás? Este inmundo no descansa en intentar robarnos la paz, la bendición y el saber quienes somos en Cristo Jesús.
¿Qué quiere nuestra carne? Quedarnos en casa, viendo televisión, o lamentándonos por nuestra situación, o simplemente vivir lejos de la voluntad de Dios.
¿Qué desea Cristo para nosotros? Desea más allá de bendecirnos que seamos sus discípulos y demos frutos.
Mi pregunta para hoy es:
¿Has perdido la pasión por Jesús y por llevar a las almas perdidas a sus pies?
¿Has perdido el primer amor en Cristo Jesús, ese primer amor que te llevaba a vivir esta bendita locura que es el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo?
No empieces la semana oyendo las voces de los religiosos, empezá la semana oyendo la voz del Espíritu Santo hablando a tu corazón.
San Lucas 4.18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; |
19 A predicar el año agradable del Señor. Con cariño: Tere. |
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