Y de repente me sentí tan pequeñita que lágrimas de emoción mojaban mis mejillas.
Parecía una nena jugando con tu mirada, me sentía en cada momento más enamorada.
Sentía cosquillitas en la panza y latía bien fuerte mi corazón, parecía sonrojarme en tu presencia y esconderme en tus manos de algodón.
Era sentirme chiquita y a la vez mujer, era sentirme mimada y volver a creer.
No existe nada que se compare cuando estoy frente a vos, paso de repente a ser una niña y pedirte que me regales una flor.
Las estrellas decoran nuestro cielo, ese cielo que pintaste para mí y no puedo dejar de sonreír y decirte...gracias mi amor porque soy feliz.
Mi mente y mi corazón te piensan todo el tiempo, recuerdos de momentos juntos vienen a mí; y planeo cada día estar a solas contigo y abrite en la intimidad mi corazón.
Parezco una adolescente, escribiendo en todas partes tu nombre y suspirando por vos.
Me siento mujer, me siento niña y en tus manos siento que soy tu dulce amor.
Amor...amor mío, como suspira por vos mi corazón.
Estoy tan enamorada que ni siquiera sé qué hora y qué día es hoy.
Mi corazón lleva tu nombre, en mi frente está tu sello, en mis manos está tu fuego y en mi ser estás todo vos, amado mío, llevame a tus fuentes, dame tu renuevo, dame de tu unción.
Amor mío, caminemos juntos y disfrutemos como siempre el estar a solas y cantarte desde mi corazón melodías de amor.
PD: Jesús...estas letras acaban de salir de mi corazón para vos, pero tengo mucho más para decirte, mucho más para cantarte, mucho más para escribirte, porque mi amor por vos es inagotable...¿Sabés por qué?....Porque hace veinticinco años que me enamoraste y decoraste mi corazón con tu amor.
!Qué paz tan grande siento al saber qué tu amor es eterno!
Gracias mi amor, gracias mi Dios, te amo y por siempre te amaré.
Por siempre y para siempre nos une este gran amor. Tere.
!Qué Dios te bendiga!
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