San Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
6:26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
6:27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
6:28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
6:29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
6:30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Este texto está impreso en mi corazón, buscar de Dios cada día es mi anhelo y mi deseo.
Cuando las preocupaciones, los problemas, las inseguirdades vienen a mí, comienzo a recordar que debo buscar a Dios, descansar y confiar en Él; debo deleitarme en Jesús y entonces Él se encargará de las peticiones de mi corazón, Él me va a dar las respuestas que necesito a su tiempo y no al mío, porque Dios busca lo mejor para sus hijos.
Todos tenemos necesidades diarias y muchas veces nos quitan la paz interior y la de nuestro hogar, es ahí cuando debemos ser rápidos en identificar el problema y entregarle a Jesús nuestra situación, porque Él es el Dios especialista en resolver nuestros imposibles.
Me encanta tener al Espíritu Santo como amigo y consejero, me sorprende cada día su amor y su poder.
En este fin de semana te aliento a buscar de Dios, a que descanses en sus manos, a que te deleites en Él, a que confíes en su poder y su amor, a que recibas su renuevo y unción.
Nunca te olvides que los oídos de Dios están atentos a tu oración.
Nunca te olvides que el corazón de Dios suspira por el amor de sus hijos.
No te desanimes, no te menosprecies, no pierdas la fe ni la esperanza.
Somos más que vencedores en Cristo Jesús y en Él y por Él tenemos todas las bendiciones.
Recordá siempre: "DIOS OYE Y TAMBIÉN RESPONDE...TENEMOS UN DIOS QUE ESTÁ VIVO"
!Qué Dios te bendiga!
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