JEREMÍAS 23:22 Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
!Qué responsabilidad tan grande tenemos aquellas personas qué servimos a Dios!
Tenemos la responsabilidad de pasar tiempo en intimidad con nuestro Señor.
Tengo la obligación, más allá de la satisfacción que me da, de estar y de entrar en el secreto de Dios.
Allí hay vida, allí hay rebelación, allí muere mi propia vida para que nazca Él dentro de mi ser.
No podemos decirle a alguien Dios me dice y darle una palabra que creemos es de parte de Dios, cuando ni siquiera pasamos tiempo con Dios.
!Cuánto daño se le hace a una vida cuándo alguien usa el nombre de Dios en vano!
En lo personal soy muy cuidadosa en eso, mi anhelo es estar en el secreto de Dios, mi deseo es habitar en su presencia.
Yo no puedo dar lo que no tengo.
Sí no paso tiempo con Dios, entonces: !Qué le voy a transmitir a las personas!
Entrar en el secreto de Dios, demanda morir a uno mismo, a nuestras emociones, a nuestra propia naturaleza.
Entrar en la presencia de Dios, demanda tiempo, demanda dejar todo a un lado por estar con Él.
No sé cual sea tu situación, no sé que respuesta estás buscando de parte de Dios, no sé como es tu servicio hacia Él y a los demás.
Lo que sí sé es que si no pasamos tiempo en intimidad con Jesús, si no dejamos que el Espíritu Santo transforme nuestras vidas y nos llene de su presencia, si no dejamos que este Dios grande y maravilloso gobierne nuestras vidas, estamos en un gran problema, porque la única verdad está en la Palabra de Dios y si no entro en su secreto....¿qué voy a poder dar a los demás?
Quiera Dios que en este día hoy nos pueda decir:
!Bien hecho hija amada, has entrado en mi secreto y he podido usar tu vida para hacer volver de su mal camino y de sus malas obras a los demás!
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