viernes, 2 de diciembre de 2011

"UN ORGANIZADOR DE ZAPATOS, MUY DESORDENADO"


Se supone que un organizador de zapatos, sirve para organizar los mismos tal cual los estamos viendo en esta imágen.
Pero no hoy, el que ví hoy estaba muy lejos de ser un organizador de zapatos.
Esta mañana estuve haciendo compras por el Centro Comercial del lugar en donde vivo y me llamó mucho la atención ver en un negocio en donde venden muebles y los exponen, como un organizador de zapatos estaba justo en la puerta de entreda, lleno de obviamente zapatos, pero todos tirados, suicios, colocados de manera desprolija...en una palabra...Era un verdadero desastre!!!.

Me detuve a mirarlo y pensé:
__Si quieren que alguien lo compre, deberían preocuparse por mostrar el rol que cumple; porque para tener todo tirado ahí adentro es preferible quedarnos con el placard desordenado que tenemos en casa y no seguir gastando dinero.

¿Ustedes qué piensan?....

Seguí camindo y tomé ese ejemplo para la vida diaria, entonces pensé en las veces que nuestra vida se ve igual que aquel organizador de zapatos.
Sabemos y queremos cumplir un rol, pero nos encontramos siempre de la misma manera, no sabemos como poner prioridad y orden a nuestras vidas y sin embargo lo único que reflejamos es mediocridad.
Y no estoy hablando de ser personas perfectas y super exigentes, para nada, gracias a Dios ya pude salirme de esos sentimientos que te atan y te enferman; lo que estoy diciendo es que debemos buscar un equilibrio en nuestras vidas.

Pienso que hay que vaciarse y luego llenarse, vaciarse de todo aquello que ocupa un lugar innecesario en nuestro corazón y llenarnos de lo nuevo, dar un respiro a nuestra alma y dejar que Dios nos ayude a transformar nuestro desorden en orden.
Dios es un Dios de orden y de Él podemos aprender todo lo que necesitamos.
No existe un mejor maestro que Jesús.
Tenemos al Espíritu Santo que nos guía, nos capacita y nos fortalece.
Entonces entiendo que podemos hacerlo, siempre que invitemos a Dios a obrar en nuestro corazón.

El desorden que tenía aquel mueble en ese negocio, hacía que se vea feo, pero sin embargo era de una madera preciosa, pero lo que reflejaba su interior opacaba todo su brillo y su utilidad.

No sé vos, pero yo hoy voy a estar reflexionando y voy a estar invitando a Dios que guíe mi vida, porque quiero comenzar a poner orden en donde tal vez no lo hay, quiero lucir radiante, quiero amar la vida, quiero ser útil, porque no podemos dar lo que no tenemos.

Levítico 26:10Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo.

Para que Dios ponga cosas nuevas en nuestras vidas, debemos dejar que rompa esas estructuras que hay en nuestro interior y trabajar en equipo con El Espíritu Santo para sacar a la luz todo aquello que no nos deja avanzar a una vida de victoria.

Supongamos que anoche no juntamos los platos sucios de la mesa y quedó ahí toda la comida que no se comió, los vasos, las botellas, etc. pero hoy vienen invitados y estamos preparando un pollo muy rico, con bebida fresca, etc.
Obviamente que para poner la nueva comida, debo sacar todo lo de anoche y limpiar.
Jamás podría poner el pollo recién cocinado sobre los platos sucios.
Bueno así debemos ser en nuestras vidas, hacer un balance diario, trabajar con Dios para sacar esos restos que hay en nuestro interior y que si no los sacamos van a dar olor, pero mal olor.

Oremos:
Padre Dios en el nombre de Jesús, te pedimos perdón por nuestros pecados.
Espíritu Santo te pedimos que nos ayudes a sacar todo lo que no te agrada de nuestras vidas, queremos ser personas que viven en amor, paz, santidad y orden tanto físico, emocional, como espiritual.
Señor no queremos ser como ese organizador de zapatos, que lo único que vemos es desorden y suciedad.
Padre en el nombre de Jesús renunciamos a toda falta de perdón, a toda queja, a todo temor, a todo rencor, etc. Y declaramos que en tu presencia hay plenitud de gozo.
Llenanos de Tí hoy, danos sabiduría para leer y entender tu Palabra.
Te amamos. Amén. (Así sea)


!Qué Dios te bendiga!


2 comentarios:

  1. Verás...no te voy a mentir...no soy absolutamente creyente.
    Sí anhelo creer que existe y nos hará vivir de manera máss bella tras esta vida tan complicada.
    Pero tampoco voy a negarte mi admiración más profunda por todas las personas que como tú,sentís esa profunda y maravillosa fe.
    La vida se nos desorganiza a veces sin quererlo,como ese organizador de zapatos del que hablas.
    Sin embargo,hay que recolocarla y seguir guardando lo menos posible de malo y de lo bueno lo mejor.
    Más besitos.

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  2. Marinel, gracias por tu comentario, me encantó la reflexión final que hacés:
    La vida se nos desorganiza a veces sin quererlo,como ese organizador de zapatos del que hablas.
    Sin embargo,hay que recolocarla y seguir guardando lo menos posible de malo y de lo bueno lo mejor.
    Me encantó, muchas gracias por compartirlo.
    Qué Dios nos de sabiduría para semejante tareas. Dios te bendiga y me alegra haberte conocido. Cariños: Tere.

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