miércoles, 11 de mayo de 2011

"CHICAS...CHICAS...CUIDADO CON LO QUÉ HABLAMOS...."


SANTIAGO 3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
3:6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

3:8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
3:9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
3:10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
3:11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?


A veces observo cómo nos engañamos nosotros mismos los cristianos cuando le decimos a alguien algo como por ejemplo así:

__ No sé lo digas a nadie, te cuento tal cosa de fulanita, no es por chisme...es para orar!!!

Y en especial esta actitud es más frecuente entre las mujeres.

Es horrible caer en chisme, es horrible contar algo qué te pidieron reserva, es horrible escudarte en la actitud de qué todo lo contás para qué puedan orar.

Mi papá me enseñó mucho sobre esta actitud, Él era un gran hombre de Dios, ayudaba a muchas personas y todo lo que le contaban quedaba en él.

Mi meta es serle fiel a Dios, para qué Él pueda seguir confiando en mí y además serle fiel a la persona que estoy escuchando.

Es interesante analizar para qué usamos nuestra lengua, si para maldecir en este caso a través del chusmerío, o para bendecir a través del amor de Dios que debe morar en nosotros.

Cuando necesitamos hablar con alguien, para contarle algo o pedirle oración, debemos ver su testimonio, su vida llena del Espíritu Santo, su lealtad, etc.

Qué podamos ser mujeres virtuosas y no mujeres chismosas.
Qué podamos ser personas confiables, en dónde Jesús se refleje a través de nuestras vidas.

!Acordate...la próxima vez qué le cuentes algo a alguien qué realmente sea para orar y no para chusmear!!

Porque el chisme destruye, en cambio el consejo sabio trae vida.
El chisme aleja la mano de Dios, pero la prudencia, la fe, la lealtad y la fidelidad a la hora de orar abre la ventana de los cielos.


!Qué Dios te bendiga!

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