"Una vez alguien me dijo:
__Esta culpa me está consumiendo, me siento como vasija rota, ya no soy la misma, todo mi ser está deteriorado y mi corazón está consumido por la falta de perdón y por la culpa que siento por aquellas cosas que hice y que llevo por años como una pesada mochila en mis espaldas"
A lo largo de estos años de servir al Señor en el área de sanidad interior para la mujer, he podido observar que muchas de ellas, pueden llegar a perdonar a los demás, pueden pedir perdón también, pero les cuesta salirse del sentimiento de culpa que las ata y las frusta.
Viven años atadas a una mala decisión, o a una persona que las engañó, o no sé, un sin fin de situaciones y vivencias que las han marcado y las han llevado a vivir bajo las cuatro paredes de la culpa, abriendo así puertas de baja autoestima, de rencor, de depresión, de angustia, de ira y de queja, entre otras.
1 de Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Debés arrepentirte y confesarle a Dios tus pecados, porque Él desea hacerte libre y perdonarte.
Cuando viene la culpa sobre nuestras vidas, es un alerta de que hemos estado en falta con Dios y con alguna/s personas, a tal punto que no actuamos bien y la culpa de lo que hemos hecho o dicho nos invade y nos oprime.
Es así que esa situación da vueltas en nuestra cabeza, nos produce fatiga, nos acelera el corazón, nos quita el sueño, nos provoca estres, nos llena de angustia el alma y nos oprime la vida.
Hay que ponerse a cuenta con Dios, hay que liberar el perdón, hay que pedir perdón y hay que tener paz en nuestro interior de que hemos hecho las cosas bien.
Todo esto demanda un esfuerzo, demanda pasar tiempo con Dios, demanda despojarnos de toda carga que nos agobia y que nos aleja de su presencia; pero nunca se puede comparar al peso que nos viene encima cuando tenemos que lidiar día a día con la culpa.
Definición de culpa según el DRAE.
. f. Psicol. Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado.
. f. Pecado o transgresión voluntaria de la ley de Dios.
Textos bíblicos para tu vida:
**San Marcos 11:25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
11:26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
11:26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
**San Mateo 6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
**Efesios 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
**1 de Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
5:7 echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
Las mujeres solemos ser muy culposas, todo nos condena, nos amarga, nos desanima y desalienta.
Por ejemplo si comimos más de lo debido, nos genera una culpa tan inmensa, que esa ansiedad nos lleva a comer más aún...Oh, sí, lo digo por propia experiencia, ja,ja.
Solemos tener culpa por una actitud del pasado, o quizás por haberle gritado a nuestros hijos, por gastar en algo que no necesitábamos, etc. y millones de etc.
Cuando en lo personal identifico lo que me genera culpa y se lo entrego en las manos de Dios, su paz viene sobre mi vida y trae alivio a mi corazón.
Quiero invitarte hoy, a que puedas identificar todo lo que te genera culpa, falta de perdón, ansiedad, rencor, odio, celos, pensamiento de muerte, depresión, soledad, angustia, falta de fe, y todo aquello que vos sabés que está atesorado en tu corazón.
Quiero alentarte a que renuncies en Cristo Jesús a cada uno de ellos y puedas experimentar la libertad absoluta que está necesitando tu vida.
Dejáte guiar por El Esp. Sto. dejáte amar por Dios, dejá que Jesús rompa cada una de las cadenas que atan tu vida y así puedas levantar tus brazos al cielo y darle gloria y honra a este maravilloso Dios, experto en resolver tus imposibles, experto en amar y darse por amor, solamente por amor a vos.
Con cariño: Tere.
!Qué Dios te bendiga!
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